Cuando un propietario decide sacar al mercado del alquiler su piso, una de las primeras cuestiones que surgen es si hacerlo a nivel particular o gestionarlo a través de un profesional inmobiliario. Esta última opción puede suponer un coste inicial, pero a la larga supone una serie de ventajas tanto para el propietario como para el inquilino, como son el asesoramiento a la hora de firmar el contrato o una mayor profesionalidad en la gestión posterior que evitará problemas, algo que hay tener muy en cuenta antes de la elección final.
Cada vez hay más familias que apuestan por el alquiler, más propietarios que se lanzan a alquilar su piso para obtener beneficios y también más profesionales que se especializan en ayudar tanto a los inquilinos a encontrar una vivienda como a los propietarios a alquilarla con seguridad, aumentando la profesionalización de este tipo de sector. Estas son algunas de las ventajas con las que se encontraran si deciden confiar en una inmobiliaria:
- Conocimiento del sector inmobiliario: acudir a un profesional de la vivienda garantiza contar con una experiencia muy elevada en el sector, de la que probablemente un articular no disponga.
- Mayor conocimiento legal a la hora de firmar el contrato: algunos propietarios, desconociendo la ley, pueden tratar de incluir en el contrato cláusulas no permitidas, que se evitarían con un correcto asesoramiento. Dejarlo en manos de una inmobiliaria aporta una confianza absoluta y evita varios quebraderos de cabeza.
- Cuidada selección de inquilinos: la inmobiliaria realizará las comprobaciones oportunas en cuanto a fiabilidad y solvencia.
- Gestión y asesoramiento en otros servicios: algunas inmobiliarias añaden a la búsqueda del inquilino un servicio posterior a la firma del contrato que incluye la gestión del día a día del alquiler. Esto se convierte en un valor añadido a tener en cuenta para los propietarios que deciden poner su inmueble en alquiler.
